La historia del Motobu Udundi

Historia

El Motobu Udundi fue fundado por Sho Koshin Motobu Oji Chohei, sexto hijo del rey Sho Hitsuo, décimo rey de Ryukyu de la segunda dinastía del reinado de la familia Sho.

Este Arte se ha ido transmitiendo durante generaciones en el seno de la familia Motobu, que fue la familia real de las islas Ryukyu. El «Udun» parte del nombre Udundi que significa «poseer los estatutos de familia real». Es por ello que Motobu Udundi significa «la familia real Motobu».

El «Ti» parte del nombre que significa «mano» y por extensión, Bojutsu, o «Arte Marcial». El mismo significado que en la palabra Karate, la cual, desde inicios del periodo Showa, ha sido escrita en japonés usando caracteres que significaban «vacío» y «mano». Originariamente era escrita con caracteres (Kanji) diferentes para «Kara», que se traducía por «chino», y expresaba el hecho de que el Karate era un Bojutsu que procedía de China. Por consiguiente, Udundi significa «el Bujutsu de la Casa Real».

Como Arte Marcial secreto (Bujutsu) de la familia real Ryukyu, el Motobu Udundi Ti se guardó en el seno de la familia Motobu transmitiéndose de padres a hijos primogénitos. Se cuenta que el mayor de los chicos comenzaba sus entrenamientos a la edad de seis años y completaba su currículum cuando alcanzaba la edad ceremonial. Era tal el secreto mantenido que hasta los hermanos menores no podían contemplar los entrenamientos. Motivo por lo que ha sido poco conocido este Arte en el mundo, sin mencionar su aspecto técnico.

En los días en que Okinawa todavía era el reino Ryukyu, el Motobu Udundi Ti se enseñaba en secreto a aquellos que poseían el rango de familia real de los Motobu, como quiera que el complejo de circunstancias históricas que procedieron a la restauración Meiji, es por lo que yo, sin estar relacionado por parentesco sanguíneo con la familia Motobu me fue enseñado el Arte por Choyu Motobu, de la onceava generación de Maestros.

Las Técnicas Espirituales del Maestro Choyu Motobu.

Sunset Beach (Okinawa), 1990-1991.

Derecha sentado:
Sensei Seikichi Uehara (1904-2004).

De rodillas en centro:
Sensei Mimoun Boulahfa,

al lado Sensei Shimabukuru.

Sunset Beach (Okinawa), 1990-1991.

Choyu Sensei siempre decía que las técnicas del rey de Ryukyu, en otras palabras, Motobu Udundi, eran una manifestación de lo divino. Yo me he enfrentado muchas veces durante el entrenamiento con el maestro Choyu, pero nunca pude tocarlo, ni tan siquiera cuando tenía la edad de setenta años. Realmente parecía poseer dones divinos. Tanto es así, que pienso que si fuera atacado por varios oponentes, podría someterlos sin causarles grandes daños. Olvidando su destreza, él siempre hacía lo posible por evitar las situaciones donde el uso del Bujutsu pudieran convertirse en inevitables. «Debes practicar constantemente, toda tu vida para profundizar en la esencia del Bujutsu, pero es mucho más deseable que utilices toda tu vida para no tener nunca que utilizar el Bujutsu que aprendiste.» Choyu Sensei era ciertamente una persona remarcable que siempre hacía lo posible por llegar a buen fin en cualquier tipo de discusión.

Era, sin duda alguna, un virtuoso artista marcial que dominaba a los adversarios sin dañarlos, indicándoles el camino para reformarse. Con respecto a este punto, es muy importante perfeccionar las técnicas hasta tal grado, que sobrepase con mucho la agilidad de vuestros oponentes. Por consiguiente, como artista marcial debes entrenar, de forma estricta y constantemente, sin descuidar la práctica diaria. También, durante el entrenamiento, es muy importante tratar el cuerpo de tu adversario como si fuera el tuyo propio y evitar lesiones a otros, tratando de hacer alarde de vuestras fuerzas. Los practicantes de Motobu Udundi deben mantener estas enseñanzas a lo largo de su entrenamiento y no abandonar. Pienso que todavía hoy puedo practicar y sentirme en buen estado de forma gracias a las enseñanzas de Choyu Sensei, trataré de seguir mientras pueda permanecer activo, como hasta ahora y por tanto tiempo como me sea posible.

Técnicas Características del Motobu Udundi.

Técnicas contra múltiples adversarios.

Las técnicas del Motobu Udundi han sido creados con la intención de luchar contra múltiples adversarios. Por esta razón se realizan mientras se anda constantemente. Los practicantes no deben de parar de andar, ni siquiera un instante, hasta que el último enemigo es eliminado y el conflicto haya llegado a su fin. Por esto, el «andar» en el Motobu Udundi es muy importante. Para cada oponente se utiliza solamente una técnica o golpe. En una lucha contra varios adversarios, de lo que se trata es de que exista un ataque para un solo adversario.

También, la realización de cualquier movimiento innecesario podría ser fatal en un combate real. En Motobu Udundi nosotros no realizamos movimientos preparatorios antes de la realización de alguna técnica, como por ejemplo el bajar la cadera o llevar el puño a la cadera para ganar recorrido en el golpe. Tampoco tomamos ningún tipo de postura (Kamae) ante ningún adversario. Cuando bloqueamos o nos defendemos contra cualquier ataque, nos movemos de manera continuada en áreas que representan «ángulos muertos» en las líneas de ataque y defensa de nuestro oponente, ejecutando nuestras técnicas a la vez que movemos nuestros cuerpos fuera del alcance de los atacantes, «Sen no Sen». De este modo nuestras armas nunca tocan las de nuestros adversarios evitando la suerte de que éstas sean dañadas por el contacto. Las espadas y las otras armas con filo suelen usarse por pares como norma, la habilidad para manejar las armas libremente con ambas manos es una característica del Motobu Udundi

En un enfrentamiento contra múltiples adversarios hay que prestar atención a cualquier cosa que ocurra sin pestañear, esto hace que los movimientos de cada oponente estén controlados. Abandonamos la mirada, dirigida a un punto y tratamos de percibir todas las situaciones como un todo. Es muy importante mantener la mente libre de todo pensamiento y moverse en un estado de «No pensamiento» y desapego, pero uno debe estar también en condiciones de reaccionar o de contraatacar instantáneamente si alguno de los oponentes hace la mínima intención de moverse.

De la Mano Vacía a las Técnica con Armas y a la Danza Guerrera.

Castillo de Nakabusuku (Okinawa), 1990-1991, Derecha: Sensei Mimoun Boulhafa, Sensei Seikichi Uehara

Foto tomada en el Castillo de Nakabusuku (Okinawa), 1990-1991, Danza Hamachi Dori.

El entrenamiento en el Motobu Udundi comienza con los movimientos básicos del Taijutsu o técnicas de mano vacía, bien sean ataques de puño o piernas. Estas técnicas básicas se utilizan para el entrenamiento del cuerpo. Basado en estos fundamentos, el practicante se encamina al perfeccionamiento del manejo de unas veinte armas diferentes. La esencia y clave para el manejo de estas armas recae en el entrenamiento con la espada. A través del perfeccionamiento de la espada el practicante adquiere movimientos que se pueden aplicar a cualquiera de las otras armas. Una vez que el estudiante ha adquirido la maestría en el manejo de éstas, comienza la fase más avanzada de defensa sin armas: el Tui-ti.

Al comienzo de la práctica del Taijitsu, el estudiante aprende lo que se conoce como aspectos «duros», técnicas desarrolladas para derribar al oponente con un solo golpe. El propósito del Tui-ti, encaminado al desarrollo de lo «suave», conlleva al dominio del adversario, pero sin causarle excesivo daño.

Perfeccionando las técnicas del Tui-ti, es posible la defensa contra cualquier oponente con cualquier tipo de arma. La manera en que es agarrada y manipulada la mano de un oponente en las técnicas del Tui-ti es muy similar a los movimientos usados por los espadachines en el Motobu Udundi. Es por ello que es muy difícil la maestría del Tui-ti sin antes haberse entrenado en el uso de las armas. También es muy difícil la ejecución de las técnicas del Tui-ti, si el cuerpo está rígido, ya que los puntos de fuerza del cuerpo deben mantenerse relajados.

Lo primero que trabajan los practicantes del Motobu Udundi es su cuerpo, practicando las técnicas de un estilo duro. Con este entrenamiento de base, se empieza a aprender a utilización de los movimientos suaves para controlar al oponente.

Estos movimientos suaves se convierten en duros en el último momento del contacto o aplicación. En otras palabras, lo duro, las técnicas poderosas, no son concebidas sin las suaves. Por ello lo blando y lo duro se unifican en cualquier movimiento o técnica.

Para adquirir esta habilidad es necesario seguir el método de entrenamiento correcto. Primeramente el estudiante debe perfeccionar los movimientos básicos practicando el Taijutsu que comprende las patadas y los golpes, y después usar el método de entrenamiento Motobu Udundi, para consolidar y fortificar estas habilidades sobre una base sólida. Una vez comprendidos estos fundamentos, se pueden crear miles de técnicas diferentes. Si no se siguen estos procesos, el practicante verá frustrado su intento por alcanzar la esencia profunda de la s enseñanzas «Oguki» del Motobu Udundi.

Con la práctica continuada y con la construcción de un repertorio de técnicas basadas en lo duro y en lo blando, se llega a la cima de las técnicas de Artes Marciales llamada «Mai» o Danza. La maestría de una serie de movimientos, cuya finalidad es responder con suavidad y efectividad a cualquier acción del oponente, lleva a la culminación en el «Muidi» o Danza Marcial. Muidi es el estado más alto del Motobu Udundi. Cuando describo el Muidi como una danza no me refiero a llevar movimientos de Bojutsu a las Katas, simplemente y bailar con ellos acompañados de música. Muidi no es esta clase de cosas.

A menudo, para perfeccionar los aspectos profundos del Motobu Udundi, tales como el Muiti y las técnicas de sable, el cuerpo debe fluir en los movimientos suaves que emergen sin excitación. Llegados a este punto, el Gukui, o principios del Tuiti y el uso de varias armas están envueltas en lo suave, surgiendo movimientos de Muidi, como una especie de danza de guerra. Cuando el practicante ha alcanzado la cima de los movimientos maciales, éstos se convierten en graciosos y elegantes, todo ello sincronizado con la carencia de movimientos «bruscos» y ángulos muertos. Por esta razón, el Muidi debe aparecer a primera vista como algo más que una mera danza. En realidad, el terrorífico poder está oculto dentro del movimiento suave, a la vez dentro de esa ligereza que la gente piensa que carece de efectividad.

El Espíritu del Motobu Udundi

Hay algunas materias que los practicantes del Bojutsu deben retener en sus mentes. Como el Bojutsu de los caballeros y de la casa real, el Motobu Udundi proporciona un número estricto de advertencias. Voy a resaltar algunas, tal y como mi Maestro a menudo me las confiaba a mí.

No hagas enemigos por tu propia voluntad, ganar a uno, es perder con otro, si la derecha resulta victoriosa, es importante que la izquierda sea derrotada.

Un Bujin, o guerrero, debe evitar los conflictos de antemano haciendo tanto hincapié como sea posible, a sabiendas de estar creando enemigos. Por esta razón el Maestro me enseñó a ser prudente y cauto, tanto en mis palabras como en mis actos, en los combates de entrenamiento y los medio juegos tales como la lucha libre, debes ser prudente dejando que pierda la izquierda para compensar la victoria de la derecha. Hacer que el oponente salve su prestigio es una manera eficaz de evitar conflictos innecesarios. Nunca debes buscar oponentes con el solo propósito de demostrar vanamente tu habilidad y tu fuerza.

Además el Motobu Udundi recomienda no lesionar al oponente sea cual sea el caso. Esto, obviamente, se hace real durante el entrenamiento, pero aunque se tratase de un enemigo deberás evitar lesionarle. No solamente es desagradable para otros, sino que esto potencia la amargura de la persona, haciendo que su rencor continúe tatno como le dure la llaga causada por el conflicto. Dañando y mutilando a tu adversario, corres el riesgo de seguir cosechando conflictos una y otra vez.

El buen artista marcial controla al adversario anticipando el ataque sin causar daños al oponente e invitándole a la paz y a la reforma. El Sensei decía: «Ten cuidado en la aplicación de tus habilidades marciales, trata de controlar una situación sin que ésta pueda sembrar nuevos conflictos.» Llegando a este punto, es necesario perfeccionar las técnicas hasta tal punto que éstas superen con creces las habilidades de tus adversarios. Así pues como artista marcial, debes entrenar constante y estrictamente, sin abandonar ningún día.

El Bujutsu nunca debe ser utilizado en detrimento de la propia familia. El guerrero debe contribuir con la sociedad y mantener sus responsabilidades con la familia. Para llevar los entrenamientos de manera ordenada, es necesario atender todas las necesidades de la familia. Es importante prestar atención a la salud y mantener la paz en el seno familiar.

El Sensei decía: «Lo primero que tienes que hacer es buscarte un empelo y hacerte cargo de tu familia para después fundar tus entrenamientos de Bujutsu sobre esta base. Desde que el propósito del Bujutsu es la protección de tu vida y la de tus familiares, todo esto carecería de sentido si aplicar el Bujutsu a expensas de tu familia. Igualmente es muy importante seguir cualquier tipo de actividad paralela a tus entrenamientos.

Prepararse para la realidad hace que cuando quieras hacer uso del Bujutsu, piensa que con casi toda seguridad serán necesaria dos tumbas. Una de las cuales será para tu oponente, y la otra para ti. Porque el propósito del Bujutsu es el de tu protección y la de tu familia, debiendo combatir con tu adversario hasta la muerte. Es por ello que tú mismo debes estar preparado para ir a la tumba. También, aunque sobrevivas al conflicto y entierres a tu adversario, es posible que los hijos y descendientes de tus adversarios vuelvan a retarte. El Sensei decía: «Nunca olvides que dos tumbas están esperando siempre que utilices el Bujutsu.» y es por ello que él advierte estrictamente contra el uso del Bujutsu ya sea ligera o violentamente.

Aun habiendo dominado el Arte, es mejor pasar toda la vida sin utilizarlo. Choyu Sensei solía decir que las técnicas del «rey de las islas Ryukyu», en otras palabras, Motobu Udundi, era una manifestación de lo divino. Yo combatí con Choyu Sensei durante los entrenamientos, pero nunca pude tocarlo, ni siquiera cuando tenía la edad de setenta años. Ciertamente parecía poseer habilidades divinas. En efecto, era tan habilidoso que pienso que aunque fuera atacado por varios adversarios sería capaz de dominarlos sin causarles grandes daños. A pesar de sus habilidades, siempre fue cuidadoso evitando caer en situaciones en las que el uso del Bujutsu pudiera ser inevitable. Debes practicar durante toda tu vida para penetrar en el dominio más profundo del Bujutsu pero es más deseable que transcurra toda tu vida sin tener que utilizar el Bujutsu que has aprendido. Choyu Sensei fue la persona que realmente llevó esto a buen fin.

El practicante de Motobu Udundi no debe abandonar para mantener estas técnicas a lo largo de su entrenamiento, manteniendo un estado de máxima alerta, evitando molestar a los demás utilizando palabras o gestos desafortunados. También durante el entrenamiento es importante tratar el cuerpo de tu adversario como si fuera el tuyo propio, a la vez que evitar dañar a los demás tratando de mostrar habilidades y fortalezas.

El entrenamiento del Motobu Udundi

Linaje
COMITE DIRECTIVO

Mi periodo de entrenamiento

Entre los doce y los veintidós años, practicaba solo con Choyu Sensei. Entrenábamos tres veces al día, mañana, tarde y noche. El entrenamiento era extremadamente agotador. Choyu Sensei no me instruyó solamente en las técnicas de Bujutsu, sino también en el acercamiento de lo guerrero en aspectos de la vida ordinaria como la manera de atar el pañuelo a la cabeza o cómo comer. Es imposible relatarles todas las cosas que me enseñó, pero mencionaré algunas de las más importantes.

Practicar el Andar

Practiqué el andar rápidamente hacia delante y hacia atrás sobre las punteras, manteniendo el peso del cuerpo sobre la base de los dedos gordos y manteniendo las rodillas rectas. Debía caminar mientras mantenía el pecho hacia fuera y mi cuero estirado como un palo, usando mi hara o abdomen como centro, alrededor el cual tenía que mover todo m cuerpo. Me ponía piezas de madera detrás de las rodillas atadas con trozos de tela para aprender el hábito de andar con las piernas estiradas.

Practicar el Golpe de Puño

Empecé a practicar cómo golpear con el puño al estómago de mi Maestro con el puño en forma de Seiken (cerrado). Golpear al Makiwara (poste de madera con cuero o cuerdas en la parte superior) no estaba permitido, ya que golpear objetos inanimados no te prepara para golpear personas en movimiento. En el momento del combate usamos Nukite (golpe con la punta de los dedos). Nosotros utilizamos el Nukite del Motobu Udundi manteniendo el dedo gordo de la mano estirado y paralelo a los demás dedos. En cambio, otros sistemas lo pliegan sobre sí mismo. Practicaba mi Nukite golpeando la punta de los dedos en la arena de la playa. Eventualmente era muy difícil partir una placa de madera de cedro de tres milímetros de grosor.

Practicar el golpe de Pierna

Para practicar la patada, ataba un trozo de tela en una caña de bambú a la altura de la cara utilizando la patada con la pierna estirada característica del Motobu Udundi. Esta patada se lleva a cabo manteniendo ambas piernas estiradas, tanto la que golpea como la que mantiene el equilibrio, manteniendo el equilibrio sobre la punta de los dedos cuando estamos extendiendo la pierna que patea, y con el talón cuando descendemos la pierna.

El siguiente paso era practicar la patada a nivel alto, andando con las piernas estiradas y manteniendo los brazos rectos por encima de la cabeza y paralelos al suelo, sosteniendo rocas envueltas en trapos en ambas manos. Si mi cuerpo se balanceaba cuando realizaba cualquier patada, las rocas de las toallas también se balancearían golpeando contra mis piernas. de esta manera aprendí a mantener el cuerpo erguido mientras pateaba. Comencé co piedras que pesaban 600 gramos para ir aumentando el peso gradualmente hasta alcanzar los 1800 gramos. Más tarde aprendí a patear estando de pie y a golpear diagonalmente sobre mi hombro opuesto, pudiendo romper una tabla posicionado en ese punto. Posteriormente aprendí a romper las tablas posicionadas justo tras mi cabeza.

También practicaba las patadas en salto tratando de romper las pequeñas ramas de los árboles, y saltaba desde los muros de piedra o desde cualquier posición elevada, pateando con una pierna y golpeando con ambas manos simultáneamente mientras caía, repitiendo rápidamente la operación en cuanto tocaba el suelo.

Entrenamiento del Salto

Yo practicaba el salto desde la posición de supino sin flexionar las rodillas, utilizando sólo mis tobillos como muelles. Comencé haciendo esto a los doce años y, con el tiempo, cuando cumplí los diecisiete, era capaz de saltar a lo alto de un muro de piedra situado a la altura de mi brazo levantado, sólo con el poder de mis tobillos y una mano.

Seikichi UEHARA, 10º Dan, 12ª Generación UEHARA SEIKICHI (1904-2004)

Sentado: Sensei Seikichi Ueharra. En pie detrás: Sensei Mimoun Boulhafa. Castillo de Nakagusuku (Okinawa), 1993

Es, más allá de toda duda, el Gran Patriarca de los Budo.

Cuando Seikichi Uehara nació, casi con la centuria, en el año 1904, Gichin Funakoshi, el fundador del Karate, era un joven de 36 años.

Hacía sólo 22 años que un Jikoro Kano en plenitud de facultades (44 años), había creado el Judo. Japón vivía el germen de un feroz nacionalismo y el mundo no había sufrido aún los embistes de la Ia Guerra Mundial.

El Maestro Uehara entrenó y aprendió a la antigua usanza el más tradicional Bujutsu de su Maestro Choyu Motobu, allí, en la misma cuna del Karate, en las islas Ryu Kyu en Okinawa.

Su testimonio y enseñanzas son un tesoro para todos los Budokas, pues transcriben fielmente los orígenes y los modos de otros tiempos. Sensei Uehara es un testigo de excepción, no sólo por el notable hecho de estar vivo, sino porque se encuentra en una magnifica forma física que le permite seguir practicando y enseñando a sus alumnos aún hoy en día. El Maestro realiza asimismo demostraciones públicas de su Arte y fue declarado «Tesoro vivo del Japón» por el Emperador. Su persona es, por lo tanto, sagrada e inviolable y todo hijo del Sol naciente tiene la obligación de atenderle y ayudarle en cualquier circunstancia.

Tuvimos el honor de que el gran Maestro Seikichi Uehara estuviera dispuesto a grabar con nosotros un vídeo sobre el Motobu Udunti, el estilo que recibió y que continúa enseñando. Es un estilo extremadamente completo que incluye tanto el entrenamiento en la lucha a manos vacías, como el uso de un variado número de armas tradicionales tomadas de los objetos cotidianos del pueblo okinawense.

Asistimos perplejos a las demostraciones que realizó ante las cámaras, a su sentido de la anticipación, y a la constante actitud de ahorra energético en sus movimientos.

Tal y como observamos en los vídeos de Sensei Ueshiba, cuando los Maestros alcanzan una determinada edad, parecen disfrutar constantemente con su práctica. El Maestro Uehara sonreía sin parar durante la ejecución de los movimientos, pero no dejaba pasar una sola ocasión para seguir corrigiendo a sus alumnos. Tuvimos que para innumerables veces la filmación, pues el Maestro, imbuido en la práctica, ignorando las cámaras y el equipo técnico, explicaba a sus alumnos con precisión dónde cometían los errores, no dándose por satisfecho hasta que no lo hacían bien.

El Maestro despide una peculiar bondad. Cuando coge tu mano y te mira a los ojos, sientes que quien te habla está más allá del bien y del mal; que nada hay que lo tenga atrapado; entiendes lo que significa libertad y sabiduría, y te descubres a ti mismo con una sonrisa de tonto, un brillo especial en los ojos, mirando como tu abuelo de da de nuevo ese peculiar confort y confianza que algunos llaman amor.

Entrevista:

Grupo de alumnos de Sensei Seikichi Uehara, 1º por la derecha abajo: Cho Abuni; Sensei Mimoun Boulahfa; Sensei Seikichi Uehara; Fumiko Kamiunten. Arriba empezando por la derecha: Shimabukuru; Ajime; Tokita; .. ; Suguio ; Amuro; Miyagi.

Grupo de alumnos de Sensei Seikichi Uehara, 1º por la derecha abajo: Cho Abuni; Sensei Mimoun Boulahfa; Sensei Seikichi Uehara; Fumiko Kamiunten. Arriba empezando por la derecha: Shimabukuru; Ajime; Tokita; .. ; Suguio ; Amuro; Miyagi.

Grupo de alumnos de Sensei Seikichi Uehara, 1º por la derecha abajo: Cho Abuni; Sensei Mimoun Boulahfa; Sensei Seikichi Uehara; Fumiko Kamiunten. Arriba empezando por la derecha: Shimabukuru; Ajime; Tokita; .. ; Suguio ; Amuro; Miyagi.

Grupo de alumnos de Sensei Seikichi Uehara, 1º por la derecha abajo: Cho Abuni; Sensei Mimoun Boulahfa; Sensei Seikichi Uehara; Fumiko Kamiunten. Arriba empezando por la derecha: Shimabukuru; Ajime; Tokita; .. ; Suguio ; Amuro; Miyagi.

 Maestro, ¿cuándo comenzó su práctica de Motobu Udunti?

– Sensei Uehara: en julio de 1915, en la época Taisho, inicié mi andadura como estudiante del gran Maestro Choyu Motobu. Por aquel tiempo yo era un joven impetuoso que deseaba ser el más fuerte. Por ello le pedí al gran Maestro que me iniciara en el Arte. Yo creía que era algo fácil de aprender. Ejecutaba las técnicas con todo entusiasmo y dedicación, buscando que mi Maestro aprobara mi trabajo. No tardé en comprender que aquello era mucho más difícil de lo que había pensado, y que requería tiempo, sacrificio y dedicación.

Tras seis meses de entrenamiento mi Maestro tuvo conmigo un gesto de reconocimiento que me animó mucho. En aquel momento el gran Maestro se dirigió hacia mí y me preguntó si sería capaz de comprometerme con mi estudio y cumplir mis votos como estudiante. Entonces no comprendía las razones de su pregunta, pero le dije que sí. Me sentí orgulloso de que mi Maestro me prestara atención, pues significaba que había observado que existían en mí aptitudes.

A partir de aquel momento mi entrenamiento se hizo más y más arduo. Tenía que superar cada vez mayores dificultades y realizar actividades que me implicaban más y más en todos los sentidos. Pero mi ánimo se fortalecía y cuando más bajo estaba, el trato que el gran Maestro me dedicaba, como si fuera uno más de su familia, me daba ánimos a la vez que me obligaba.

Mi entrenamiento empezó a los 12 años, pero sólo a los 17 comencé a practicar propiamente técnicas de Motobu Udunti. Tras cinco años de preparación, cuando por fin comencé, encontré que la práctica técnica era tremendamente difícil y los esfuerzos eran una constante.

Durante los primeros tiempos practicaba mucho técnicas como Tuki y Keri (ataques de mano abierta y de piernas). Tuki es una de las técnicas preferidas en nuestro estilo, de ahí la insistencia de mi Maestro en su perfeccionamiento. Luego entrené Tobigeri, técnicas de salto, generalmente utilizadas para prepara la huida cuando varios enemigos te rodean. Las características de nuestra escuela estaban determinadas en principio para la lucha con un solo adversario.

Mi Maestro insistía en que no debía practicar usando blancos fijos como un muñeco de paja. «Éstos son enemigos que no pueden moverse.» me repetía. Había que practicar con un contrario que tuviera capacidad de reacción. Cuando practicaba con el gran Maestro, descubrí que su vientre era como un neumático. Todos mis golpes rebotaban tras ser absorbidos. El Maestro era un hombre de gran fortaleza y realizaba técnicas realmente avanzadas.

Durante los primeros cinco años sólo practicaba Tuki, Keri y Tobigeri. Iba a entrenar al cementerio porque era un lugar especialmente tranquilo al que no acudía gente a diario.

– ¿Había algo de especial en aquellos entrenamientos?

 Sensei Uehara: Cuando cumplí los 20 años comencé mi entrenamiento más fuerte durante la época invernal.. Realizaba estos entrenamientos en la playa. Me introducía en el agua hasta la altura del cuello, las olas batían, pero mi postura debía ser firme. Miraba entonces el horizonte, la inmensidad del Océano y cantaba y gritaba. El agua salada entraba frecuentemente por mi boca y el frío atenazaba mi cuerpo. Realizaba este entrenamiento 3 veces por semana pues era peligroso hacerlo a diario pues el sistema circulatorio se comprometía al máximo. Estos entrenamientos los realizaba durante los meses de Noviembre, Diciembre, Enero y algunas veces también en Febrero.

Al comienzo, antes de realizar este entrenamiento, cubría mi cuello una una especie de bufanda. El gran Maestro me llamó la atención y dijo que debía entrenar con más seriedad y dedicación. Así pues corregí mi actitud y retiré la bufanda antes de entrar al agua. Creo que este entrenamiento me fortaleció mucho, pues en mis 93 años de edad no he tenido nunca gripe, me mantengo en buen estado físico y todavía puedo entrenar a mis más jóvenes discípulos. Esto sin duda se lo debo a la perseverancia en no descuidar mi entrenamiento diario de Bujutsu y al hecho de haber seguido fielmente los designios y enseñanzas de mi Maestro.

– ¿Hasta cuándo espera seguir entrenando?

– Sensei Uehara: Mi deseo es seguir entrenando a mis alumnos hasta que cumpla 100 años o mientras pueda caminar por mis propios medios, para poder así transmitir todo el legado de mi Maestro a las nuevas generaciones de estudiantes. Si así no lo hiciera mi Maestro, cuanto esté en el otro mundo sin duda me castigará.

Quiero decir a mis alumnos y a todos los artistas marciales que muestren interés por el Udunti que estas enseñanzas no son mías. Yo soy un transmisor de las enseñanzas de mi Maestro Choyu Motobu. Aquellos que lo deseen deberán entrenar con ahínco para aprender el verdadero espíritu del Udunti.

– Las técnicas del Udunti son directas y contundentes. Pertenecen sin duda alguna a una época donde la defensa está por encima de las florituras de estilos deportivos. ¿Cuál es la actitud de Usted hacia el combate?

– Sensei Uehara: mi Maestro hizo especial hincapié en un punto. Me dijo que Udunti es una técnica para matar. Sus aplicaciones son mortales, por ello no deben ser utilizadas salvo para defender la vida. El Bujutsu sin embargo protege la salud y puede utilizarse para la protección asimismo de la familia.

Cuando uno comienza el estudio de las Artes Marciales, no puede comprender el sentido profundo del Bushido. Conforme pasan los años, uno adquiere un criterio más definido a través de la disciplina. Así unió se forma de un modo más profesional.

La práctica del Bujutsu es muy positiva pero no hay que desatender otros aspectos de la vida como la de las buenas relaciones y atención de la familia.

Existen actualmente muchos tratados que hablan sobre las técnicas, movimientos, estilos y mentalidades del Arte Marcial. Para mí, resulta fácil comprender si el contenido de estos trabajos es auténtico o falso, ,pues con mi edad no sólo he visto muchas cosas sino pasado por muy diferentes etapas en el aprendizaje de las Artes disciplinarias. Es muy importante que los estudiantes tengan la capacidad de discernir a la hora de escoger a su Maestro. Yo tuve mucha visión en este aspecto. Luego sólo hay que seguir la disciplina con asiduidad, de forma cotidiana.

Me preocupa el hecho de que últimamente los Maestros de Karate mueran demasiado jóvenes. Antiguamente no era así. Creo que hay errores en su práctica. Su entrenamiento no les permite mantener su buen estado físico. Creo que tienden a tensar excesivamente su cuerpo y sus piernas durante el entrenamiento cotidiano.. Por esto muchos son los que desarrollan artritis y otros problemas de salud.

Antiguamente los ejercicios eran muy diferentes. Durante los entrenamientos estirábamos nuestra espalda. Hacíamos elevaciones de hombros, los levantábamos hacia arriba estirando los brazos y luego hacia abajo expulsando el aire. La respiración natural es muy importante para la correcta práctica del Bujutsu. Entre las técnicas dedicadas a este particular en nuestra escuela, destaca la denominada «Tinu Mutu».Este tipo de ejercicios son los adecuados no sólo para una buena técnica de Karate, sino también para prever la salud del alumnado.

– Con tanta variedad de escuelas de Karate, ¿qué recomendaciones daría Usted a los jóvenes estudiantes?

– Sensei Uehara: Lo primero y fundamental, como he dicho, es escoger un buen Maestro. Con un buen Maestro la buena técnica está garantizada.

– Pero ¿qué otras cosas pueden hacer los alumnos para desarrollar sus capacidades?

– Sensei Uehara: Creo que sería excelente que entrenaran al aire libre, especialmente junto al mar. El aire puro y la brisa marina que contiene sales minerales como el yodo y otros elementos son excelentes para la salud. Deben romper sus rutinas, caminar hacia atrás, de puntillas o de formas diferentes a la habitual. Técnicas como el Ushiro-Ukemi (defensa posterior) permiten el desarrollo de la orientación espacial y conforman fortaleza en el bajo vientre.

Si practican esto al menos una vez por semana podrán desarrollar, como yo, una salud robusta.

– Durante la grabación del vídeo nos ha sorprendido su vitalidad y la presteza de sus movimientos. No es sólo que esperáramos encontrar un hombre mayor como es Usted, esto es un hecho en sí mismo asombroso, pero más allá hemos visto a un Artista Marcial que ejecuta sus técnicas con exactitud y eficacia. ¿Cuál es el secreto para alcanzar ese nivel, si existe alguno?

– Sensei Uehara: He conocido durante mi vida a gente con un talento natural excepcional para el Bujutsu, gente genial simplemente, pero también he visto otras personas que no tenían estas habilidades, pero que con el tiempo alcanzaban la Maestría. Pienso en consecuencia y a la vista de los resultados, que lo esencial está en el esmero, la dedicación y la capacidad de sacrificio que cada uno de nosotros es capaz de volcar para alcanzar sus objetivos. Los entrenamientos diarios permiten el desarrollo de las habilidades técnicas, de la velocidad y la potencia; éste a su vez permite, con el tiempo, la comprensión del Bujutsu y del Bushido.

– ¿Cuáles son actualmente sus costumbres vitales?

– Sensei Uehara: Todos los días me levanto a las 4.30 h. de la madrugada. En la ciudad el aire es más sucio, pero a esa hora está menos contaminado. Me subo a la azotea de mi casa a respirar. Entreno todos los días y después de entrenar me gusta degustar una cerveza. Es importante que los estudiantes comprendan que los refrigerantes no son saludables, no deben tomar esas bebidas artificiales cuando están entrenando. Yo tomo cerveza o zumo de naranja natural. La primera te ayuda a sudar y a limpiar a través de la sudoración el cuerpo de toxinas.

– ¿Bebe Usted alguna otra bebida alcohólica?

– Sensei Uehara: Cuando era un poco más joven tomaba un poco de aguardiente natural. Son alcoholes muy puros. Así que los mantenía un poco en mi boca antes de tragarlos. Yo hablo en este punto a título particular, pero a mí, la cerveza siempre me ha sentado muy bien y lo percibo cuando entreno.

– ¿Qué otros ejercicios recomienda para los estudiantes?

– Sensei Uehara: Yo recomiendo hacer footing en la playa. Además del aire puro otro valor añadido está en que es bueno que el estudiante entrene solo, teniendo que darse ánimos a sí mismo. Este ejercicio desarrolla la verdadera fuerza de voluntad y esto nos mantiene en una buena salud anímica.

– Por último, Maestro, ¿qué recomienda a los jóvenes estudiantes?

– Sensei Uehara: Les recomiendo la máxima entrega en su entrenamiento. La disciplina Marcial es algo más que una técnica. Lo que realmente están formando es su personalidad.

– Muchas gracias Maestro.